sábado, 7 de agosto de 2010

Declaración pública colegio de arquitectos de chile “construcción en adobe”







Declaración pública colegio de arquitectos de chile “construcción en adobe” 



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En relación a las innumerables opiniones que desacreditan a la construcción en adobe constatadas en los últimos días, como corolario del mega-terremoto de 8.8º grados Richter que afectó a una importante zona del país el 27 de febrero pasado, el Colegio de Arquitectos de Chile considera pertinente declarar lo siguiente:

Es preciso distinguir que la tierra sin cocer es un material pre-industrial y la construcción en adobe es una de las múltiples técnicas constructivas que ha servido como hábitat para la humanidad desde sus albores hasta el día de hoy, cuando la construcción en tierra tiene presencia en todos los continentes habitados, abarcando una población cerca a los 2.000 millones de habitantes.

En Chile la tradición prehispánica de construcción con tierra cruda –quincha- se enriqueció con el aporte del adobe traído por los españoles y de origen egipcio, resultando que la presencia de las construcciones en tierra cruda en nuestro país es de gran relevancia cultural y económica.

La tradición tecnológica en tierra cruda en Chile, expresada en diferentes edificaciones civiles, militares y religiosas en adobe, en cercos naturales de tapia o adobón, y en construcciones de técnica mixta de tierra y madera como el adobillo y la quincha, constituyen parte sustancial de nuestra matriz cultural expresada en la edificatoria.

Durante el siglo XX, en nuestro país se han desarrollado nuevas tecnologías asociadas a la construcción en tierra cruda y profesionales y técnicos han creado diferentes sistemas constructivos. Entre ellas el tapial mejorado, producto de una transferencia tecnológica extranjera, el tecno –barro de estructura de acero plegada y relleno de tierra proyectada, la tierra aligerada de origen alemán (Leichtlehmbau) con excelentes resultados en el pasado sismo, demostrando que la tecnología de construcción en tierra cruda está viva.

La técnica del adobe sin el auxilio de madera u otro material es una construcción que requiere cuidados; es un material frágil frente a la humedad, a la falta de mantención y a la alteración de sus volúmenes, como ejemplo de los múltiples factores que contribuyen a su lenta obsolescencia.

Esta vulnerabilidad, en un material de uso masivo, ha provocado que especialistas de todo el mundo intenten mejorar la tecnología de construcción en tierra cruda, de manera de evitar el colapso estructural que inevitablemente conlleva pérdidas de vidas humanas. Se han desarrollado sistemas de reforzamiento internos y externos, que utilizan diferentes materiales como plástico, bambú o madera, demostrando en laboratorios la efectividad de dichos refuerzos para el propósito buscado.

Creemos absolutamente necesario que la tierra cruda sea considerada un material de construcción y que se establezcan sistemas constructivos con métodos de refuerzo adecuado. Es importante para el país ahorrar recursos en aquellas viviendas recuperables luego del sismo y reconocer que el confort térmico, acústico y de resistencia al fuego de la tierra como material constructivo, es difícil de alcanzar con otros sistemas en igualdad de condiciones presupuestarias.

La aplicación del material tierra cruda en los lugares en que es posible su uso, puede incidir hasta en un 50% de economía en su costo y por su bajo consumo energético, tanto en su producción como por sus indicadores de eficiencia energética y es una buena respuesta para la sustentabilidad, tema que cobra cada vez mayor importancia.

Proscribir el adobe constituye un atentado contra el derecho humano a la habitación de importantes sectores sociales de Chile y que además pueden hacer uso de la autoconstrucción empleando las técnicas adecuadas y con la asesoría profesional debida.



Carlos Muñoz Parra en May 12th, 2010 dijo:

Deseo compartir en su integrodad la declaración emanada de nuestro Colegio de Arquitectos respecto a la utilización de la tierra cruda en la construcción tanto residencial como productiva. Esta posición nos hace enfrentar con una opinion común el obscuro panorama que auguraba el articulo aparecido en el diario El mercurio del 3 de Abril, donde se señala que el “Minvu podría aprobar exclusión del adobe en nuevas construcciones”…. A partir de ahí era posible que finalmente se pretendiese estigmatizar un material que por su mala aplicación por diseño, construcción y o mantenimiento colapsó en el pasado terremoto.
Si bien es cierto que impacta ver cientos de construcciones de adobe semi derruidas en la zona central de país, no es menos cierto, que en lo que me toco supervisar en catastro de daños en una comuna de Colchagua, en todos los casos los colapsos fueron por malos diseños y construcción como descuido en la mantención.
Asimismo me tocó ver en la misma zona, cientos, si, cientos de construcciones de albañilería reforzada colapsada, semi deruida o con daños graves, y no por eso también nos vamos a poner a estigmatizar los ladrillos. Esto porque también en esos casos, era evidente el mal diseño estructural o la inapropiada construcción de la obra.
Esperamos que a través de nuestro planteamiento como Colegio, se de curso a la aplicación de los subsidios de reconstrucción a través del articulado legal del Fondo Solidario de Vivienda, y sus transitorios referidos a la contingencia, donde entre los siete puntos referidos a la aplicación del mencionado programa, se especifica que el 5º punto, está configurado para atender a las zonas patrimoniales y típicas de las cuales tenemos tantas en las zonas afectadas, y donde, en la practica se ha congelado su aplicación.
Es particularmente interesante el tema en el valle de Colchagua, donde el daño ha sido de grandes proporciones, y el rescate del hábitat debe hacerse con mucho cuidado, considerando que el gran plus de ese territorio que se ha ido ordenando integralmente en torno al enoturismo. Esta situación pone en relieve que el paisaje del valle es de mayor relevancia, dado que ha sido uno de los aspectos que ha permitido ponerlo en valor, y permitir por ejemplo, que el año 2005, ese valle de Colchagua, haya sido designado por la revista especializada “Wine Enthusiasm Magazine”, como el mejor Valle Vitivinícola del mundo, compitiendo de igual a igual con otras zonas productoras vitivinícolas de larga y prestigiosa trayectoria. Este galardón no sólo reconocía las bondades del producto estrella del valle, sus vinos, sino el contexto en que se produce. Es decir, sus paisajes naturales y construidos, donde surgen aquellos poblados como Lolol, Peralillo, Pumanque, etc. que le otorgan una identidad única a nivel global, las cuales se conjugan con un compromiso efectivo de resguardo del medio ambiente y de la calidad de vida de sus habitantes, generando un desarrollo sustentable que es ejemplo para el Ordenamiento Territorial del país, que aún no cuenta con una normativa integral al respecto.
Aunemos estos esfuerzos por el rescate de estas tecnologías que si se ejecutan de la manera apropiada, son sismorresistentes, ya probadas por su efectividad y su compromiso con la sustentabilidad medioambiental, paisajística, cultural y productiva. Me sumo desde mi labor académica a estos esfuerzos, y de los cuales me he comprometido en desarrollar la puesta en valor de los atributos del rescate integral de un valle que amerita le dediquemos lo mejor de nuestro trabajo.



Hugo Pereira G. en May 12th, 2010 dijo:

Carlos…concuerdo contigo…el descuido por nuestro patrimonio de adobe tiene relación con fenómeno cultural mayor, cuál es la pérdida de nuestra identidad. Los arquitectos que hemos trabajado con éste material por años, estamos en una situación de indefensión por parte del Estado. Se supone que éste último debe velar por el bien común. ¿Que pasa con esas antiguas construcciones vernaculares de adobe del campo chileno ? ¿Esperemos a que caigan en el próximo terremoto?

Saludos

martes, 3 de agosto de 2010

Entrevista a Hugo Pereira, defensor del adobe



Entrevista a Hugo Pereira, defensor del adobe
Hugo Pereira acaba de ganar el premio Fermín Vivaceta otorgado por el Directorio Nacional del Colegio de Arquitectos, por su destacada labor en el campo de la tecnología asociada a la profesión. Este profesor del Departamento de Historia y Teoría de la Arquitectura de la Universidad de Chile, lleva años estudiando, investigando y difundiendo el adobe como material constructivo, a pesar de que en Chile todavía es bastante mal visto.
Consciente de que su pasión por el adobe no tiene nada que ver con su tradición familiar, ya que nunca viví en el campo, ni tengo parientes agricultores, Hugo Pereira Gigogne (47) recuerda que su relación con las construcciones de tierra se remontan al tiempo en que trabajó en el Plan Ocupacional de Jefes de Hogar (POJH), en La Florida.

- Con la grave crisis económica que se vivía a principio de los ochenta y con el terror de la cesantía, sin pensarlo dos veces llevé mi currículo a diferentes municipios para postular al POJH, siendo aceptado en La Florida, donde tuve a mi cargo un total de 500 trabajadores. Durante ese período fue que me pidieron arreglar las grietas de una casa de adobe que la municipalidad tenía en un gran terreno. Confieso que, como mi único interés en ese minuto era asegurarme trabajo por un buen tiempo, junto con reparar la vivienda existente, propuse construir un centro cultural en el tremendo terreno existente. Dado que no sabía nada sobre el adobe, me puse a estudiar y a experimentar; el resultado fue un edificio de casi tres mil metros cuadrados que resistió perfectamente el terremoto del 85.

De ese período, Hugo recuerda su famosa anécdota del caballo. A pesar de no contar con un gran presupuesto, decidí desviar fondos para comprar un caballo para mezclar el barro con los otros materiales. Sin embargo, el animal desapareció misteriosamente a los dos días de haberlo adquirido... Más tarde los obreros me confesaron que ¡se lo habían comido!

A partir de esta obra fue que Hugo Pereira se conectó firmemente con la tierra.

- ¿Qué argumentos usas para convencer a un cliente que no ha estado relacionado con la tierra para que se construya una casa en adobe y no en otro material?

- Que es un muy buen aislante acústico y térmico, por lo que además resulta muy económico en invierno. Pero, sin lugar a dudas, el factor más importante es su bajo impacto ambiental, ya que produce pocos desperdicios.

Muy interesado en el tema ecológico, este arquitecto recalca que para producir una tonelada de tierra se necesitan 50 termias, mientras que para fabricar la misma cantidad de lana mineral se requieren más de 1.000 termias. Aunque dicha temática está empezando a preocupar a los arquitectos, éstos todavía desean exhibirse con sus obras y participar en bienales, sin importar que sus construcciones tengan miles de toneladas de fierro, cemento, vidrio, etcétera. De acuerdo con esto, me gustaría hacer un cálculo sobre cuál ha sido el impacto energético que han producido mis viviendas al ambiente y cómo habría sido si se hubiese usado materiales tradicionales. Te aseguro que la diferencia es monumental, declara el profesional.

- Pero el adobe debe tener algunos inconvenientes.

- Su principal desventaja es su casi nula resistencia a la humedad, condición que se puede subsanar agregándole cal o cemento Portland a la tierra, técnica conocida como suelo cemento.

Al respecto, el arquitecto considera fundamental desterrar el mito que construir en adobe resulta muy económico, ya que en general el ahorro no es más de un 20% en el costo directo de la vivienda. A esto después hay que sumar los bajos costos en materia de mantención y calefacción.

- ¿Y qué hay de la solidez, ya que en los últimos terremotos las edificaciones más afectadas han sido las de tierra?

- Sí, pero la clave está en aplicar las tecnologías modernas, aprovechar todos los estudios que se realizan en laboratorios a nivel mundial para conocer mejor cómo se comporta este material. Es un hecho que si seguimos edificando con adobe tal como se hacía antiguamente, el resultado será desastroso ante un sismo muy fuerte.

- Si tiene todas estas características positivas, ¿por qué el gobierno no introduce el adobe en casas de subsidio?

- Porque ningún gobierno en Chile ha invertido en tecnología. Se supone que son las universidades las encargadas de eso, pero cuando las casas de estudios superiores se encuentran en malas condiciones económicas, como la Universidad de Chile, no hay nada que hacer.

Agrega Pereira que esta desidia da pie para que lleguen empresas extranjeras con sus sistemas de paneles constructivos que, además de no generar trabajo, pagan fletes, lo que es una verdadera locura. Pienso que para fabricar un satélite tal vez haya que pedir ayuda a los gringos, pero no para hacer una casa, porque se trata de una tecnología simple. 

- Otro factor que ha jugado en contra de la difusión de las características de este material es la dificultad de contar con un equipo de trabajo, porque una condición propia del chileno es que si no ve resultados inmediatos, busca otros nichos.

- Entonces si el panorama es tan poco auspicioso, ¿por qué insistir con un producto que es bastante menospreciado?

- Porque el adobe tiene un gran futuro, cosa que en países desarrollados, como, por ejemplo, Alemania, ya saben. Tengo la certeza que de repente esto va a agarrar vuelo y que los arquitectos andarán desesperados tratando de entender más sobre las distintas tecnologías como son la tierra cemento, la tierra mejorada, la tierra armada, la quincha, etcétera.

- Dentro de Chile, ¿crees ser de los que más han investigado sobre el adobe?

- La construcción en barro es parte del conocimiento popular, aunque yo he tratado de sistematizarlo. Sin embargo, creo llevar la mayor continuidad en el tema, ya que desde que partí, en el año 82, no he parado más.

A los múltiples cursos a los que ha asistido en nuestro país, en su currículo se suman trabajos en el extranjero, tanto como alumno como en calidad de profesor. En esta última condición cabe destacar su participación como docente en Bolivia, Colombia, Paraguay, Brasil y Uruguay. En cuanto a su labor pedagógica en Chile, Pereira siente que por primera vez tiene la posibilidad de entregar una formación sistemática en cuanto a la construcción en adobe, ya que tanto en la Universidad de Chile como en la Central imparte el curso de Historia de la Arquitectura en Tierra Cruda en Chile. Su actual desafío es conseguir los fondos necesarios para editar un libro que ya terminó de escribir.

- Es importante que sean las universidades las depositarias de ese conocimiento para que no se pierda todo lo logrado en esta última década.

Por Gloria Mulet M.

Retrato, Leo Vidal

lunes, 2 de agosto de 2010

Taller de Construcción en Tierra

por PATRICIO ARIAS y MARCELO CORTES

Usualmente, cuando se habla de construcción con tierra cruda, se piensa inmediatamente en la construcción con “adobe”, sin embargo ambos términos no son sinónimos: el adobe es una de las tantas técnicas de construcción con tierra. Entre algunas de ellas destacan las tradicionales y más utilizadas en nuestro país, como lo son el tapial y la quincha, y otras técnicas mixtas nuevas, como el denominado tecnobarro y la quincha metálica.

El tecnobarro es un sistema constructivo mixto, donde existe una estructura soportante de acero y un material de relleno que es una mezcla de tierra y paja. Conceptualmente hablando, el tecnobarro es una evolución de la quincha tradicional (estructura soportante más un entramado de madera relleno con tierra), donde en vez de generarse un entramado de madera, se hace uno de acero. Este sistema, ideado por nuestra oficina de Arquitectura y Construcción, presenta dos modalidades: la primera, denominada por sus autores como “quincha metálica”, es una estructura en base a perfiles de acero entre los cuales se suelda una malla metálica tipo ACMA, sobre la cual se aplica la mezcla de tierra y paja; en el segundo, denominado “tecnobarro” propiamente tal, la estructura ya no es en base a perfiles, sino a la misma malla metálica que se pliega en intervalos de 10 cm o más dependiendo el caso, logrando un panel estructural tipo estereométrica que luego se rellena completamente con tierra y paja que le otorgarán consistencia y resistencia a la estructura; este último sistema posee viarias ventajas respecto al primero: disminución de costos al ahorrarse los perfiles, libertad formal, ya que la malla plegada puede adquirir la forma que se desee, y continuidad estructural, lo que disminuye los puentes térmicos por tanto ahorra energía.

La idea de utilizar acero, nació de la observación de los refuerzos utilizados en las cons-trucciones históricas en adobe realizadas en Santiago poniente, las cuales han resistido los sismos gracias a refuerzos de metal (en forma de alambrotes de 2 a 3 mm). Estos sis-temas mixtos aprovechan las propiedades estructurales del acero en cuanto a su capaci-dad sismo-resistente, y la tierra, además de proteger la estructura contra la corrosión pro-ducto de la humedad, aporta mejores cualidades de habitabilidad, como lo son, el confort térmico y el aislamiento acústico, en una mezcla que además de su gran potencial bio-climático, incorpora los valores de total libertad formal (así lo permiten las estructuras en base a mallas), productividad, economía y prefabricación.

Cabe destacar que al momento de construir con tierra, se debe tener como pie forzado de que no nos encontramos frente a un material de construcción estandarizado –de ahí que con la tierra no existen recetas–, por lo cual cada vez que se va a trabajar con él, se de-ben analizar sus características, sea mediante simples pruebas prácticas, que nos ayu-dará a determinar si la tierra es la adecuada al sistema constructivo elegido, existiendo soluciones simples para mejorarla como añadir arena y cal a la mezcla, entre otras.

La pregunta relevante el ¿por qué construir hoy en día con tierra?

Sin lugar a dudas porque este material presenta múltiples beneficios, entre ellos:

• Se encuentra en forma abundante de manera natural y la mayoría de las veces gratis, sino, con un costo mucho menor que cualquier material estandarizado.

• Posee la capacidad de almacenar calor (inercia térmica), permitiendo que los recintos permanezcan frescos cuando la temperatura exterior sea alta, y viceversa, temperados en los meses fríos.

• Regula la humedad ambiental permitiendo que los muros respiren.

• Ahorra energía, ya que no se requieren procesos industriales para su producción.

• Es un material reutilizable. Por estas razones, es que la construcción con tierra y con el “tecnobarro en particular” se puede ligar a dos grandes temas:

• A la arquitectura de “bajo impacto” o “sustentable”, tema en boga en el actual marco de crisis energética que vivimos.

• Al quehacer arquitectónico con interés social: al ser bajo los costos de construcción, rápida su ejecución (los paneles de tecnobarro se pueden prefabricar y montar en obra de manera rápida) y fácil la capacitación de la comunidad para generar proyectos de autoconstrucción que ayuden a enfrentar el déficit habitacional. Es decir, es posible desarrollar vivienda social estandarizada en barro.


Patricio Arias y Marcelo Cortés / ARQUITECTOS

www.surtierrarquitectura.cl